sábado, abril 20, 2024

Estado de los ESTADOS

Lilia Arellano

“Ningún régimen autoritario
dura eternamente”: B. Obama

Rechazo total al autoritarismo
Exitosa marcha en defensa de la democracia
Woldenberg llama a desechar la reforma electoral
Vaticina Muñoz Ledo: finaliza el lopezobradorismo

Ciudad de México, 14 de noviembre de 2022.- Para no variar y mucho menos perder la costumbre, chocan las cifras oficiales con los “otros datos”. En la capital del país, según el conteo del equipo de doña Claudia se presentaron alrededor de 200 mil ciudadanos, los números de los organizadores hablan de la participación de más de 300 mil mexicanos, mayoritariamente de clase media, educada y emprendedora, quienes salieron este domingo a las calles para marchar en contra del autoritarismo del presidente Andrés Manuel López Obrador y su intención, con la reforma electoral, de controlar totalmente los comicios en el país y evitar la alternancia política en la elección presidencial de 2024.
Un río de gente partió del Ángel de la Independencia, marchó por Paseo de la Reforma hasta desembocar en el Monumento a la Revolución para defender al Instituto Nacional Electoral (INE) y el actual aparato de administración y organización de elecciones y de calificación de las mismas, ante el intento desde Palacio Nacional de modificar el entramado electoral legal para controlar los resultados de los procesos de elección de todos los gobernantes y legisladores tanto federales como estatales en el país. El escenario se repitió en las principales ciudades y capitales de los 32 estados de la República ante el asombro, principalmente, de los mandatarios morenistas.
En este esfuerzo colectivo, al margen de los partidos políticos, se pudo observar marchando lo mismo a Roberto Madrazo, ex gobernador de Tabasco, ex dirigente nacional del tricolor y ex candidato presidencial, que al ex presidente Vicente Fox, o los empresarios Claudio X. González y Gustavo Adolfo de Hoyos, ex presidente de Coparmex. También Santiago Creel, el panista presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados; Margarita Zavala, diputada federal y esposa del ex presidente Felipe Calderón; hasta el repudiado Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI y exhibido como un político corrupto por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, se sumó a la manifestación.
No faltaron Claudia Ruiz Massieu, el ex rector de la UNAM, José Narro. También apareció Jesús Clouthier, hermano de Tatiana Clouthier, ex titular de la Secretaría de Economía, e hijo de Manuel Clouthier del Rincón, candidato panista a la presidencia de la República en 1988, quien junto con Cuauhtémoc Cárdenas comenzó un movimiento en defensa de la democracia después del presunto fraude electoral que colocó a Carlos Salinas de Gortari en la titularidad del Poder Ejecutivo.
La marcha denominada “El INE no se toca”, salió a las 10:30 horas del Ángel de la Independencia, para avanzar por Paseo de la Reforma hasta la avenida de la República para llegar al Monumento a la Revolución, donde se congregaron a escuchar a un solo orador, José Woldenberg, ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE, hoy INE), quien hizo un llamado a rechazar la propuesta de ley de AMLO, “pues México no puede volver a institución electoral alineada con el gobierno”.
Durante su discurso, al finalizar la marcha en defensa de la democracia y el INE, aseguró: el movimiento de este domingo tiene como propósito defender el sistema electoral “que varias generaciones de mexicanos construyeron, que ha permitido la convivencia y competencia de la pluralidad y la estabilidad política”. En ese sentido, recordó la alternancia constitucional la cual se dio de manera pacífica y ocurrió gracias a un proceso democratizador con la creación de autoridades electorales autónomas, “cuyo edificio culminante fue el Instituto Nacional Electoral”.
Ante una Plaza de la República colmada de ciudadanos, Woldenberg insistió: el país “no puede volver al pasado” ni permitir la alineación de la democracia a instituciones sin autonomía. México “no puede deshacer el entramado federalista electoral ni perder eficacia y confianza; no merece una reforma constitucional en materia electoral impulsada por una sola voluntad por muy importante que sea”. Asimismo, hizo un llamado a legisladores federales y locales para que no permitan regrese la “etapa venturosamente superada del autoritarismo”.
Woldenberg recordó: “dejamos atrás el país de un solo partido, de un presidencialismo opresivo, de elecciones sin competencia ni opciones auténticas, de poderes constitucionales que funcionaban como apéndices del Ejecutivo, de medios de comunicación mayoritariamente oficialistas, para abrirle paso a la expresión y recreación de la diversidad política, a elecciones libres, disputadas y creíbles, a Congresos plurales, gobiernos de diferente orientación, pesos y contrapesos en el entramado estatal y sin duda una espiral virtuosa que amplió el ejercicio de las libertades. Para que ello fuera posible se requirió de movilizaciones, luchas, denuncias, acuerdos y sobre todo conformar normas e instituciones electorales capaces de ofrecer garantías políticas que modelan al país.
“Ocho reformas se llevaron a cabo entre 1977 y 2014 y los resultados están a la vista. Fue necesario edificar autoridades electorales autónomas, construir condiciones equitativas de la competencia, puertas de entrada y salida para las distintas corrientes políticas que cristalizaron en partidos, y de manera paulatina pero sistemática nos acostumbramos a la diversidad, a las contiendas competidas, a las alternancias en los ejecutivos, a los congresos plurales y a los mecanismos de diálogo, negociación y acuerdo que los mismos reclamaban”.
Llamó la atención sobre el hecho de lograr ocurriera la alternancia constitucional y pacífica del poder presidencial por primera vez en México, gracias a ese proceso democratizador. En casi doscientos años de vida independiente, nuestro país nunca lo había logrado. La titularidad del Poder Ejecutivo ha cambiado y lo ha conquistado el partido A, el partido B y el partido C. “El Poder Legislativo ha recogido los cambios en las preferencias políticas de millones de mexicanos; las minorías de ayer son las mayorías de hoy y en todo el país, ese proceso se repite y se ha naturalizado a lo largo de casi tres décadas”.
Wldenberg subrayó: el problema mayúsculo, el que nos ha traído aquí, el que nos obliga a salir a las calles, el que se encuentra en el centro de la atención pública, es que buena parte de lo edificado se quiere destruir desde el gobierno. Es necesario insistir en eso, porque significa no sólo una agresión a las instituciones existentes sino la posibilidad de procesar nuestra vida política en un formato democrático. “México no puede volver a una institución electoral alienada con el gobierno, incapaz de garantizar la necesaria imparcialidad en todo el proceso electoral. Nuestro país no merece regresar al pasado porque lo construido permite elecciones auténticas, piedra angular de todo sistema democrático”.
México no puede centralizar todos los procesos electorales en dos instituciones descomunales, no sólo porque somos –según la Constitución- una república federal, sino porque ni el INE ni un solo Tribunal podrán realizar con eficiencia lo que hoy encuentra cauce y solución en 32 entidades soberanas, sostuvo Woldenberg, quien ilustró: “Desde la última reforma electoral en 2014, se han disputado en los estados y la Ciudad de México, 55,336 cargos de elección popular, entre ellos 55 gubernaturas, 93 legislaturas y 5,932 ayuntamientos. Tan sólo el año pasado los institutos electorales registraron 275,424 candidaturas locales. Con tales números ¿es deseable y posible concentrar, centralizar y administrar ese universo político en una sola institución?”.
Claramente se lanzó la advertencia: México vivirá conflictos evitables, innecesarios, interminables y costosos si las normas electorales no son producto del consenso de las principales fuerzas políticas del país.
Entre los asistentes a la marcha en la calles de la CDMX a favor del NE, se externó el temor sobre la posibilidad de darle legalidad al deseo del presidente López Obrador de perpetuarse en el poder si la reforma electoral se concreta. Otros consideraron había llegado el momento de demostrarle al presidente y a Morena como están realmente las cosas y dejar claro el INE no lo puede quitar. no se toca, tanto trabajo que costó que exista ¿y ahora lo quiere quitar? No, no va, por eso esto tiene mucho apoyo y eso me da gusto, porque no lo va a lograr. Nosotros ya vivimos pero hay que defenderlo (al INE) para nuestros hijos, para nuestros nietos”, concluyó Segura. Los asistentes, en general, compartieron su alegría por el éxito de la convocatoria a la marcha.
DE LOS PASILLOS
Rubén Moreira, coordinador de los diputados federales del PRI, rechazó estén negociando la aprobación de la reforma electoral tal como la envío el Ejecutivo a la Cámara de Diputados, por lo garantizando el voto en contra de su fracción parlamentaria a cualquier iniciativa con la cual se vulnere al INE, a los tribunales electorales y a los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES). Al participar en la Asamblea Informativa del Presupuesto 2023 y Reforma Electoral con el Comité Directivo Estatal del PRI en Nayarit, el líder congresista consideró importante hacer aclaraciones ante versiones de todo tipo, sirviendo éstas para crear discursos políticos y “hay que tener cuidado de no caer en la trampa de entrar a esas discusiones”….
Tras calificar la reforma propuesta por AMLO como “una reelección disfrazada”, Porfirio Muñoz Ledo considero la marcha de ayer como “el principio del fin de López Obrador, porque los ciudadanos ya le perdieron el miedo al discurso de odio, virulento y despótico que ha repetido toda la semana ante esta movilización”.

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